Nuestra travesía comenzó desde la fosa de los osos, BÁ¤rengraben, donde hasta hace dos o tres años se guardaban unos osos.
Actualmente se han cambiado a una zona mucho más cómoda para ellos, al lado del río Aare y con una zona ajardinada considerable. En la antigua fosa, si te fijas bien, podrás ver conejos.
La razón de los osos es que son el símbolo de Berna, así también lo puedes ver en su escudo.
Nos introdujimos en el casco antiguo de la ciudad declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO ya que mantiene todo su aspecto medieval, edificios antiguos e imponentes que sobresalen ante cualquier obra.
Continuamos nuestro paseo por la calle Kramgasse en dirección a la Torre del Reloj, pero no sin antes hacer unas paradas obligatorias. En una de las calles giramos a la izquierda para poder ver la maravillosa Catedral de Berna, de la cual ya hemos hablado en anteriores post.
Volvimos a Kramgasse, por la que puedes pasear sin preocuparte de los coches, sólo tienes que estar pendiente de la arquitectura de sus edificios, los comercios, las carboneras y los trolebuses.
Cuando pasees por ella recuerda que en ese mismo suelo y en los comercios, antiguamente vendían sus productos los artesanos y comerciantes de la ciudad.
Las carboneras son comercios que han sido rehabilitados, son subterráneos y si puedes ¿por qué no conocerlos de primera mano?
Sus calles llenas de arcos permiten que tanto suizos como turistas puedan disfrutar de sus comercios y del casco antiguo tanto días de sol como de lluvia.
Berna, es una ciudad maravillosa y con encanto para visitar en cualquier momento del año.
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Originally posted 2011-07-18 04:39:00.