En el Mar de Irlanda nos encontramos con la presencia de una pequeña isla que no deja de sorprender a cualquier visitante. Es la Isla de Man que ha conseguido mantener su identidad, su moneda, su parlamento, su idioma y su autonomía durante siglos. No obstante, aunque no forma parte del Reino Unido ni de la UE es dependencia de la Corona Británica y sus ciudadanos tienen la condición de británicos. Una mezcla un poco extraña fruto de numerosos acuerdos. Eso sí, la tradición celta de la isla hace que ésta sea una de la seis Naciones Celtas junto con Irlanda, Cornualles, Bretaña, Escocia y País de Gales.
La capital de la Isla de Man es Douglas, centro comercial y financiero de la isla, donde podemos visitar el Teatro victoriano Gaiety, el Museo Manx, la Casa del Tesoro o dar una vuelta con alguno de los tranvías victorianos arrastrados por caballos.
Dicen de la Isla de Man que es posible encontrar todos los paisajes típicamente británicos: acantilados en niveles, montañas de color púrpura, pendientes cubiertas de tojo en los valles, playas de arena y cañadas boscosas. No obstante, el área rural de la Isla de Man ofrece al turista numerosas actividades al aire libre: senderismo, rutas ciclistas, deportes acuáticos (vela y buceo) y un total de nueve campos de golf de alta calidad.
La Isla también es famosa por las carreras de motos y los rallies de coches.
El lado cultural lo ponen nuestra visita al Castillo de Peel o a alguna de las 35 cruces celtas, llamadas keeills, erigidas como monumentos funerarios que hay repartidas por la Isla.
¿Cómo llegar a la Isla de Man?
En avión con la compañía Aer Arann, British Airways, Flybe o VLM.
En Ferry desde Liverpool, Dublín, Belfast, Heysham. Con una duración aproximada de dos a tres horas.
Originally posted 2009-09-18 11:26:36.